La segunda razón que tengo es un poco más fría que la primera. Es una pregunta que siempre pasa por mi cabeza cuando encuentro el coraje para dejar de mentirte, valor que se extingue cuando abro los ojos y veo mi incógnita: ¿Qué ganaría al develar lo que siento?. Quizás tu puedas ayudarme con la respuesta, porque hasta el momento lo único que obtengo son más preguntas rondando mi mente y confundiendo mi realidad.
Como puedes darte cuenta, es difícil vivir con todo esto. Me resulta complicado fingir que todo está bien al acercarme a ti y continuar con mi papel. Por que en esto se han convertido mis días a tu lado, en una historia digna de páginas llenas de sonrisas encubiertas, de lamentos y silencios. Y discúlpame por tenerte como protagonista, en realidad jamás hubiera querido que seas parte de esto, pero es lo que hoy tengo, lo que hoy siento, y es así como debo aprender a vivir, contigo al lado sin poder lograr nada.
No sé cómo detenerme, no sé cómo podría seguir caminando sin voltear a ti, no sé cómo ser más valiente y contarte esto frente a frente, sin excusas ni mentiras y de una vez por todas abrir el telón y sentir la frialdad de esta realidad que detesto imaginar. No me importa si no gano nada, pero no creo que sea justo vivir con tanta presión junta; aunque acepto que la culpa de todo esto, es sólo mía y merezco vivir así.
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