Te juro que es tan duro dejarte atrás, cada paso que doy alejándome más es un látigo, un castigo, me rompe el alma. Me duele mucho dejarte, me duele en el alma, que siento que no existe más el aire, no existe más la vida, no existes más tú. No me gusta que esto suceda, no me gusta que en mis espaldas quede el recuerdo de que todo estaba bien, de que la vida a tu lado es tan dulce, tan mágica, tan enérgica, tan tú.
Y tengo que ser fuerte y tragarme la debilidad de decirte ¡Basta!, de callar y seguir caminando sin volver, sin mirar atrás, sin ni siquiera dudar que lo que hago es lo correcto, sin ni siquiera pensar que lo que hago esta bien o está mal. Desde el momento en que decido largarme, desde ese preciso instante en que mi mente se llena de ira, mi corazón de frialdad, y mi cuerpo de inercia, sufro, y sufro porque ni tú ni yo estaremos bien, ni tú ni yo pensaremos en otra cosa que no sea el maldito momento en que decidimos terminar con todo, terminar con el buen momento, con el sueño vivo, con la magia de nuestra unión.
¿Y ahora que? Dime acaso si logramos algo bueno de esto, si estaremos sonriendo por la mañana, si estaremos pensando en volvernos a ver, en vivir la vida como nos gusta vivirla, de reír sin detenernos y de creer que cambiaremos cada día, que realmente cumpliremos nuestras promesas, si nos tomamos en serio cada vez que decimos "no lo volveré a hacer" o "ya no sucederá" ¿Qué es lo que tenemos que hacer para que eso se cumpla? ¿Qué tiene que pasar para volver a empezar? Alejarme de ti nunca; perdón - alejarme de ti no otra vez. No prefiero una vida a tu lado con problemas, que sin ti, no prefiero una vida a tu lado con disgustos diarios que nos amargan el querer, no prefiero una vida a tu lado quebrantada por el egoísmo, el engreimiento y la mala cabeza, lo único que quiero es una vida contigo en la que podamos decidir rápido y decidir bien, que seamos tan razonables y dejemos atrás lo que nos hace mal, porque amor, a estas alturas de nuestra vida compartida ¿qué error es tan imposible de repetir? A estas alturas de nuestra vida juntos, nada debería hacernos daño, nada que nosotros mismos, los que decimos amarnos, hagamos.
