martes, 27 de octubre de 2015

THE LEFT PANEL

No sólo perdí la oportunidad de empezar algo nuevo, perdí por tonto, por creer en eso que tu llamabas 'amor'. Perdí por creer en ello que reflejabas en tus ojos, por creer en tus palabras, por escuchar el eco de tus promesas. Perdí por insistencia, por la ilusión que creaba camino a casa, por soñar contigo, por verte en mis mañanas.
 
Perdí por jugar con fuego, por llamas ajenas, incontrolables, sumisas al viento que sopló con tanta fuerza, que me arrebató los sueños y me despertó en medio de la nada. Perdí porque es tu naturaleza, porque hice propio tu debilidad, perdí fuerzas, perdí el sentido de lo correcto, perdí toda dirección y me perdí en el camino al que intenté llevarte y creí conocer.
 
Perdí la mirada que dibujaba en ti, perdí las ganas de creer, perdí la fe. Perdí las letras de mis canciones y perdí la voz que escuchabas por las noches. Perdí las buenas intenciones y las instrucciones de como tomar tu mano, perdí el secreto de mi sonrisa, perdí la energía para llegar temprano a cualquier lugar. Perdí las hojas con mil palabras y perdí el talento de escribir. Perdí los detalles en el cielo, perdí la luz de la luna y perdí tu risa. Perdí la calidez de mis abrazos y el don de reír de tus bromas tontas.
 
He perdido todo, porque no sólo perdí la oportunidad, ni te perdí a ti. Perdí todo, todo lo que amé, lo que soñé, perdí el futuro, perdí mi vida y el sentido que le daba su presencia. Perdí su mirada y perdí nuestra ilusión. He perdido mucho y eso me convierte en un perdedor, en uno que arriesgó todo, en uno que tuvo el coraje de perderlo todo, que tomó la decisión que creyó correcta. No te conviertas en ello, no tú.