viernes, 15 de julio de 2016

HÉROE

(Escucha mientras lees: https://youtu.be/25BEAmqD_wQ)

Ahora no solo te pienso en silencio, sino intento contarle a todas las luces y sombras que me acompañan, lo que pienso de ti y cuanto te extraño. La mayor de las veces no creo encontrar respuestas en tu nombre, sin embargo siempre te las arreglas para aparecerte frente a mi, incluso cuando cierro los ojos y lucho por no verte, basta con que sonrías para cruzar toda frontera entre realidad y magia. Porque en eso último te has convertido, en un acto perfecto de ilusionismo, donde uno cree ver cosas que no existen.

¿Y yo?, pues yo me he convertido en aquel que no le importa vaciarse los bolsillos cada noche, al que no le importa pasarse horas frente a tu rutina, frente a tu redonda nariz, tus perfectas puntas del cabello, tus misterios que viven en tus ojos y tus labios que se han convertido en mi máquina del tiempo. No, no me olvido mencionar tus ganas de convertir al mundo, y a todos los que vivimos en él, en una perfecta oportunidad de dejar salir tus mejores bromas, acompañandolas siempre con esa sonrisa que ahora mismo estoy escuchando, esa que escuchaba rodeado de personajes salidos de películas cómicas o de ciencia ficción, de cabezas o panzas cuadradas o de traseros grandes de señoras arregladas. 

A veces creo que te he perdido por completo, pero luego me doy cuenta que lo único que se ha perdido, es mi razón. Siento que mi vida ha perdido mucho, siento que una de mis razones por seguir creyendo en ti, se fue con el desayuno, se fue con tus lágrimas, se fue con tu mirada de incertidumbre, de negación, de cobardía, se fue con tu ausencia, pero sobretodo, se fue con tu decisión. Cuando pienso en ello, es imposible no preguntarme qué sería hoy si quizás hubieras salido de esa puerta a decirme que todo estará bien, que la solución quizás sería lo que hoy podría tener en brazos.

Es curioso como luego de tanto tiempo de haberme acostumbrado al sabor de tus lagrimas, hoy me acostumbre a las mías, y es que verte por las noches e intentar que me escuches se ha convertido en una rutina que debe detenerse, porque es momento de creer en lo que tu crees, es momento de entrar por la única puerta que tu vez y de una vez por todas decirte que o es hoy o mañana, o es nunca, hasta siempre y adiós. Demuestrame que puedes decirme 'ya' o confirmame si lo que buscas con el pasar de los días es un 'adiós'. Quizás sea momento en que yo me levante con una nota de color al frente. Yo estaré esperando, siempre sonriente, siempre paciente, siempre.

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