De repente me veo retornando a la escena donde todo acabó. Nunca pensé que alguien fuera tan miserable. Nunca contra si mismo. No tengo nada más que decir. Tendré que tragarme mis palabras.
He vuelto a caer en el mismo error. Es muy difícil de evitarlo. Nunca esa voz dejará de existir, nunca quedará en silencio. En el límite me doy cuenta que ya no tengo una esperanza, no hay disculpas por todo lo que he dicho, por todo aquello que estaba en mi mente.
Y si tengo que seguirte, no quebrarás este sentimiento. No puedes romper esta cadena, más si bloquearme y callarme para siempre si así lo decides. Sé que he ido y he vuelto, pero ya no puedo seguir con esa situación. Estaba con la soga al cuello.
Caminaré por las noches hasta que estas se hagan días. Y si tu apareces o vuelves, tal vez ya no esté. Quizás ya no me encuentres. Vivamos bajo el olvido, bajo la sombra.
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