lunes, 21 de noviembre de 2011

THE GRAVITY OF YOUR EYES


Siento el frío que emite las paredes oscuras de nuestro refugio, siento la humedad, las gotas caer por mis manos. Siento en cada sorbo de nuestro elixir, una paz, una libertad que me hace querer, que abre mis defensas y aniquila mis sentidos y mi razón. Porque razón es lo que hoy me falta. Estoy pensando con la ilusión, con lo utópico y falso, con aquello que jamás verá lo concreto y que quedará en mi mente cada vez que vea tus ojos y tus labios. ¡Qué labios¡ Son distintos a todos, son únicos, delgados, suaves, dulces y hermosos. Tu rostro se ha apoderado de mis pensamientos diarios, tus manos son la reacción de mis pasiones, de mis caricias y las causantes de mis alegrías camufladas en un simple mirar, en una simple compañía, en los consejos que me matan pero que a ti te vuelven a la vida.

Estoy mirando a través de la ventana que da hacia la pared. Estoy queriendo intentar algo que jamás lograré. Estoy fingiendo sentir algo que jamás sentiré. Estoy actuando de la manera como no debería actuar. Quiero alcanzar aquello que será imposible tocar. Lo que ha sucedido no me da la esperanza de conseguir lo que creo es normal. No debo confundirme, no debo volar en un cielo, en el cual nunca amaneció y jamás brillaré.

Sé que tu vida depende de la felicidad, es por ello que he tratado con éxito brindártela, pero lo que no lograré es darte aquella sonrisa que sentirás al despertar y mirar tu amor en otros ojos, sentir la emoción de tocar otras manos y respirar el aliento de una existencia exquisita a tus encantos de mujer. Te quiero, pero no quiero perder los momentos que algún día intenté tener.

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