miércoles, 4 de enero de 2012

STRANDED


No sé que siento por ti. Siento que he quedado atrapado en un momento de nuestras vidas. Suelo pensar que aún me perteneces, que aún me debo a ti. Mi razón se contradice con la pasión. Es una guerra que no tiene tregua, es una guerra que me hiere, me confunde, me limita. Eres libre, siempre lo has sido, pero lamentablemente tu libertad me disgusta, me hace desear jamás haberme alejado de ti. No quiero volver a tu lado, no quiero vivir lo que hemos pasado, pero con total sinceridad y con una lógica que no entiendo, concluyo que no puedo dejarte ir, o tal vez no puedo dejarme ir, no quiero ceder, no quiero caer, no quiero salir de ahí. Tengo que aceptar que no rijo más en tu vida, que no soy alguien que puede decidir que debes hacer o no, no soy aquel que deba decirte lo que está bien o mal para ti, no lo soy. No quiero serlo, pero mi condición de rehén a ti, a tus ojos, tus abrazos y tus besos me hacen ser aquel que hoy finjo ser. Soy un prisionero eterno, uno que se siente en casa, uno que no quiere huir cuando la puerta está abierta. Amo estar encadenado, amo ser un siervo de lo confuso, de lo irracional, de tu libre vida, de mi corta vida.

1 comentario:

Lxt dijo...

Genial Maic... =)