El cambio de mi vida está a la vuelta de la esquina. Ya es inevitable. No sé como será vivir en condiciones que nunca busqué ni quise lograr. Nada ha sido planeado; todo ha sido consecuencia de un momento repetitivo y exquisito, de aquellos que pierden la consciencia y la razón, de aquellos que ciegan el alma y el corazón. ¿Qué puede venir a mi? Espero que un mundo lleno de alegría, y sé que será así aunque primero deba pasar una niebla llena de lamentos, lágrimas y excusas tal vez que no servirán de nada, solo alimentarán la desesperación y el enojo de ellos que siempre trataban detenerme. Todo acabará pronto y con ello las sonrisas nacerán, veré el espejo de mi alma, veré la ternura que me fue entregada. Se vienen cambios indelebles. Hoy pesados, mañana alegres.
domingo, 10 de octubre de 2010
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