No era un día cualquiera. Estábamos mis amigos y yo hablando de anécdotas en el colegio: Enamoradas, profesores, agarres, fiestas, levantes, debuts, y demás pendejadas.
Hablábamos de una ex enamorada y aquí vino la confesión de la noche: MI MEJOR AMIGO AGARRÓ CON MI (en aquel tiempo) ENAMORADA.
Solo atiné a reírme y a decirle: ¡CHATO CONCHATUMARE! Nunca pensé que eso había pasado. En realidad no me sorprendió mucho, y era de esperarse por la tan divina forma en que se comportaba mi ex. No soy un patán malhablado, claro que no. Solo soy un realista absoluto. Era una fiesta, a la que ella estaba "prohibida" de ir, pero como le gustaban las celebraciones alocadas de una forma que no logro entender ni entendía, fue y se divirtió de lo mejor. Según mi amigo confesado, ella lo agarró y el se alejó. A lo que yo (siendo tal vez ingenuo) le creo. Se que eso fue así. Le doy toda la verdad a mi amigo por cuestiones que yo ya sé.
Fue una noche -o mejor dicho madrugada- llena de confesiones locas, de partidores y tragos. Esa confesión fue uno de los regalos inesperados, esos que te dejan con la boca abierta y dices ¡GRACIAS!
Fue uno de los mejores días del año, no solo por ser mi cumpleaños, si no también, por entender y concluir situaciones, que en el pasado fueron sospechadas. Atrasar y partir.
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