Los sueños abundan cada noche. Son tan raros como la realidad misma, aquella que no cede ni un segundo hacia una coherencia absoluta y pacifica. Todo está perdido, y lo considero así porque no haré nada al respecto y tan solo esperaré las respuestas que tal vez ya las sé porque serán las mismas que profanaste ayer.
Sueño con diversas frustraciones, peleas, amarguras, caricias, ternuras y engaños misteriosos, escondidos y traicioneros. Esos que permiten la fluidez de lagrimas y gritos maldecidos, donde los cuerpos se encadenan y no quieren que acabe el momento, pero al fin y al cabo todo esfuerzo es en vano, porque el fin está cerca y sucederá pronto.
Fracaso de comprensión es lo que creo derrumba y oxida el pasatiempo perfecto. Paz, paciencia y buen humor, son las claves para seguir con esto. Al menos lo ultimo tengo de sobra, pero el resto está fatalmente ausente.
Sabes muy bien lo que siento por toda tu existencia, conoces mis límites (aquellos que no son de tu agrado), y detestas el momento tanto como yo. Es momento de decisiones. El poder es todo tuyo. La sabiduría esta hoy de tu lado.
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