"¿Mentirte? No me hables de mentiras, tu eres el menos indicado para reclamarme"
El hombre solo atinó a enmudecer y aceptar la verdad que por un tiempo no deseó mirar. Pensó que los recuerdos amargos habían desaparecido, pero también sabía que aquellos son los más difícil de olvidar, que te perturban, te apenan, te transportar a donde menos quieres ir. Es por eso que él decidió empezar a vivir, a volver a hacerlo. Nada de lo que fue le permitía avanzar, más aún cuando las imágenes de su pasado venían a su mente y lo hacían un esclavo inútil de ideas que ya no tenían sentido. Él dio un paso y luego empezó a correr, alejándose lo más que pudo de aquella película con final infeliz.
La mujer ahora trata de evitar los episodios lamentables que tuvo que pasar, aquellos que -tal vez- marcaron su vida, pero que gracias a un nuevo reflejo, pretende olvidar -o que quizás ya olvidó.
Ambos viven, disfrutan y ríen. Ambos saben bien que los recuerdos ahí están. Ambos saben que "lo que un día no fue no será", ni con ellos, ni con alguien más.
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