"¿Estas seguro de hacerlo? Esto no es un juego huevón, yo sé que siempre has sido loco, pero esto es serio" dice Coco, "Estoy feliz, adoro a esta mujer, es mi vida. Tal vez tengas razón de que me lo tomo como un juego cuando no lo es, pero primo tú me conoces, sabes todas las locuras que he hecho. Ahora deja que le de el 'sí'" responde Mai, dando media vuelta y emocionado al saber que compartirá su vida con aquella mujer de ojos hermosos.
"Me dan risa cojudos, todo se lo toman a la broma" afrima Gevy, "Je! Si yo sé, pero esto no es broma, esto es real, ambos queremos esto" concluye Emy, quien voltea la mirada para buscar esa sonrisa que la cautivó desde un inició y que desde ahora será su vida, será parte de sus días.
Por unos segundos el lugar queda en silencio, se escuchan susurros entre Gevy y Coco, no se sabe que murmurarán, pero "¡vaya! qué importa, lo que importa es que mis mejores amigos estén aquí" piensa Mai.
Ha llegado el momento, ella dice "Sí acepto", luego él lo mismo. Ambos se detienen en tiempo y espacio y mirándose a los ojos -aquellos que brillan y reflejan toda la felicidad de una nueva vida que hoy inicia- se dan un beso que parece eterno, sellando así su juramento. Están felices. Mai mira con la misma ternura de siempre a Emy, con aquella mirada dulce que una vez, en un salón de clases tuvo para ella. Emy sonríe, le dice "Te amo", los abrazos van y vienen por parte de Coco y Gevy, todo es felicidad. Es un ambiente en el que todos los asistentes (solo cuatro, pero suficientes) soñaron estar.
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