Me burlo, me alimento, me excito cuando desatas tu ira y te vuelvas sarcástica. Me siento en una sesión sexual, es orgásmico sentir tu molestia, tu aburrimiento y tus ganas de alejarte más de lo que dijiste amar. Es increíble sentir toda esta alegría -casi una arrechura- al leer tus escritos tan fríos y tan llenos de mala vibra. Lo siento, pero no me perjudica ni me hace sentir mal, un canalla malherido o un pobrezuelo del carajo, no, no me siento así, me siento en el cielo cada vez que puteas en mi nombre, cada vez que al imaginar mi rostro te dan ganas de explotar. Me agrada.
Lo que me sorprende es la manera de haber caído en esto. En recordar con desazón la imagen del otro. Sé que jamás lograré volver a ser lo que un día fui para ti; eso no sucederá. Lo que sí sucederá es que por más negativo que sea el deseo de encontrarme, inevitable será. Seré una sombra más para tal lugar que nos unió.
Jódete más y más, que de ello tengo sed. Recuerda con repugnancia todo lo que fui, porque así seré. Vive con la consciencia que desees, que la mía limpia siempre fue.
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