Hoy cumple años una persona que algún día fue mi amiga. Es curioso decir eso, porque los "amigos" nunca se alejan o al menos no en unos términos no tan buenos. Lamentablemente no todos los lazos son infinitos, algunos mueren en el camino a convertirse en eso.
Hay ciertas cosas que debo recalcar. Te he querido inmensamente, he apreciado cada detalle que has tenido conmigo, he valorado cada palabra. Te he querido y hubiera sido genial si te siguiera queriendo igual. Aunque debo decir, que aún así el tiempo no nos sonría, aún te quiero de una forma poco razonable, de una manera insólita, ya que si no sintiera afecto alguno, no escribiría estas líneas, que quizás jamás leas.
Lo lógico de esto y si quiero encontrarle una razón a mi saludo, es que yo no olvido lo que fue. No olvido las sonrisas que hemos compartido, no olvido las estupideces que hemos dicho, ni mucho menos el cariño que tuvo mi familia hacia ti. Es aquí donde vuelvo a decir que hubiera sido bonito conservar ello. Tristemente el destino tenía otro final para ambos. Así es el destino y no podemos ir en contra de él.
Hoy que es tu cumpleaños y donde alguna vez prometí estar, al igual que tu prometiste estar en el mío (algo que no creo que cumplas, porque yo tampoco lo haré, aunque quisiera, pero todos me abuchearían y sería el asqueroso de la reunión y me tirarían vasos de licor y quien sabe que más), te saludo inmensamente, y espero que el próximo año te vaya mucho mejor que éste, porque lo sé, este año fue desastroso para los dos. Ahora que lo pienso bien, quizás el próximo año sea tu año, pero se avinagrará un poco cuando notes mi presencia, que creo sucederá de todos modos. Te deseo lo mejor, te he querido alguna vez y creo que en el fondo lo sigo sintiendo, porque como lo he mencionado, jamás olvido lo que fue ¡Feliz cumpleaños!
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