No hay derecho. Todo se ha vencido. No hay leyes que tenga que cumplir, ni morales ni emocionales. No hay nada que yo deba seguir como antes. Porque la razón, ese motivo entrañable ya no circula en mi vida. No hay palabras que deban continuar fluyendo como antes. Nada. Se ha disipado lo que manteníamos. Se desvaneció con un solo soplo de tu complicado ser.
No debo continuar en lo que la creencia ajena considera como fidelidad. Ya no. Hoy está todo claro y decidido. Libertad sabor amargo es lo que toca vivir. Con reglas o sin ellas, el mundo desconocido será mío y solo mío. Aunque con el tiempo lo vuelva a compartir. Sé que lo tendré que compartir. No mas odios, no mas rencores, no mas tu nombre. Nada que deba ser de tu importancia: Mi vida.
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